Y sin cambiar del ámbito judicial en
este caso, y a pesar de honrosas excepciones en las personas de
muchos jueces y funcionarios, la verdad es que al final los hechos
demuestran que algo huele a podrido en nuestro sistema judicial.
Últimamente hemos tenido sonados
ejemplos de ello; véase sin ir más lejos la sonrojante sentencia
del caso Prestige, tarde y mal, una de las mayores catástrofes
medioambientales, que ya se saldó sin responsabilidad política
alguna, pero es que ahora encima parece que la culpa fue de del barco
por romperse o del mar por no estar en calma.
Pero si hay un ejemplo de como funciona
la justicia, un caso que destaque sobre los demás y del que estar
bien orgulloso, ese como no, tenía que darse aquí , ¡EN LA
COMUNIDAD VALENCIANA! como no, y no podía haber mejor protagonista
que Don Carlos Fabra, al que tras sortear diez años al sistema
judicial, sólo le han condenado por fraude fiscal, y hombre, cuando
le preguntó un periodista si estaba preocupado...muy preocupado no
parecía no..
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